Entre guitarras y muñecas
Un joven guitarrista, ganador del People
Music Awards.
Jaime
Urteaga tocando guitarra.
Jaime Urteaga, el guitarrista de
la banda peruana “Emergency Blanket”, nos muestra dos facetas de su vida:
la del artista que vive en un mundo bohemio y la del padre soltero preocupado
por el bienestar de su niña de 6 años.
Una hora y cuarenta y cinco minutos fue el tiempo que duró aquel ensayo al que me había invitado Jaime, el mismo día que asistí a una de sus presentaciones en un local de Barranco. Al llegar, toque el timbre y un joven de cabello corto y ondulado quien vestía unos jeans desteñidos y rasgados, un polo blanco manga corta con cuello “V” , zapatillas Converse “All Star” color crema, bastante moderno, me abrió la puerta; era Jaime.
Me
saludo muy cordialmente y me invito a sentarme. Parecía ser una persona
con buenos modales y que inspira buena onda, muy fresco al hablar,
bastante locuaz y juvenil; características que concordaban con su apariencia. En sala de ensayos me encontré con muchos instrumentos, como guitarras, batería, bajos, armónica, entre otros. Además las paredes estaban llenas, casi en su totalidad, por afiches de bandas de rock memorables y, arriba de un sofá retro, una fotografía enmarcada: una tierna imagen de él con su hija Azul, que reflejaba ese lado paterno que había indicado líneas arriba, faceta de Jaime desconocida por su público.
Jaime enseñándole a tocar guitarra a su hija, Azul.
—Es terrible; —nos dijo al
encontrarme observando la foto— no saben lo celosa que es mi hija ¡y tiene una
gran imaginación! El otro día que fui a recogerla del cole con una amiga y nos
vio llegar juntos, vino corriendo desde lejos lo más rápido que pudo y se trepó
como un monito sobre mí, me dio un beso y volteó a mirar a Carla con una cara
de asada… ¡increíble! y yo no sé como hice para no explotar de risa.
—Y cuando llegaron a casa ¿te dijo algo?
—¿Sabes que sí? —se rió— es graciosísima; caletasa me preguntó quién era
esa chica, si tenía novio y por qué estaba conmigo cuando fui a su
colegio. En otras palabras lo que quería saber era si estábamos juntos (risas).
Tenemos una hermosa relación.
Jaime proyecta la imagen del
típico bad boy rockero que lo único que le interesa es la
música, pero lo que muchos no saben es que bajo la piel de este Jimmy Page
peruano se esconde un hombre sensible que se desvive por su hija. Afuera puede
ser el más gracioso, pero dentro de las cuatro paredes de su dormitorio
no es más que un padre soltero que empezó a tocar por diversión a los doce años
y hoy es una de sus pasiones.
—En el año 1985 viajaste a Bahrain
y allí fue donde aprendiste a tocar la guitarra. ¿Crees que el estar
rodeado de una cultura diferente haya influido en tu estilo musical, o tus
gustos?
—Creo que algo influyó. Yo nací en
los 80´s y cuando viajé solo tenía cinco años. Viví por casi diez años
rodeado de personas que no solo hablaban un idioma distinto, sino que también
tenían otras costumbres bastante diferentes. Aprendí con primera guitarra,
“Pancha”, a tocar cuando tenía doce y compuse mi primera canción a los diez.
Creo que el estar en un lugar rodeado de otras vibras influyó en la medida de
escribir sobre cosas que probablemente acá no pudiera haber escrito nunca. Me
influenció la música árabe en mis inicios, pero hoy, veinte años más tarde, te
puedo decir que no noto tanta influencia, al contrario aprendí a amar el rock
influenciado por las increíbles bandas de rock de los 80´s.
Mientras los labios del “árabe”,
como le dicen sus amigos, me responde las preguntas sin dudar, me fui
interesando más en esta banda que ha compartido escenario con bandas como Stone
Temple Pilots y ahora último Aerosmith; que participo en varios concursos
nacionales, como el de Claro, en los que fueron declarados los mejores en la
modalidad de rock y en el extranjero, concretamente en Inglaterra, ganaron el
famoso concurso People Music Awards.
Después de media hora de
conversación, fueron llegando los otros “Blankets”, para los últimos
preparativos previos al concierto. Primero llego Lufo – bajista de la banda- ,
quien con un gran abrazo saludó a Jaime y pregunto por la “mini blanket” – Azul
- ; luego apareció Paco, el vocalista y el más cercano a Jaime, quién se unió a
la conversación sin dificultad. Se conocieron en el colegio Santa María
cuando cursaban el tercer año de secundaria y desde ese entonces se volvieron
inseparables; seguramente el amor por la música fue lo que los unió, además de
compartir su primera banda juntos, el camino hacia Emergency Blanket y el viaje
a Australia.
Jaime ,como artista, refleja
en el escenario la figura de un guitarrista rudo y agresivo, pero fuera
de los conciertos es un padre que en su tiempo libre juega con plastilina y al
doctor de muñecas. Ensaya dos veces por semana con sus mejores amigos y puede
verles las caras casi todos los días sin que lleguen a hostigarse, pues
ensayar, hacer música, parece ser el mejor remedio para aquellos días malos que
todos tenemos. Así es su rutina entre escenarios y su hija. Todos los
días pasa de ser un rockero loco al cuenta cuentos de Azul. Él sabe que no
estaba en sus planes renunciar a su juventud antes de tiempo, pero también
tiene claro que si las cosas no fueran como son no podría ser feliz; le
faltaría su alegría y su razón de ser, y por ahora no le queda más remedio que
ser el papito de la banda al menos hasta que Azul crezca y sea la líder de una
nueva generación de Blankets, como él sueña.
Emergency Blankt tocando en la Noche de Barranco
La conversación llegó a su fin
cuando el baterista nos interrumpió y dijo que ya era la hora de ir al
concierto. Le agradecí por recibirme, le pregunte si podía entrevistarlo pronto
y aceptó sin problemas. Fue una conversación realmente placentera, pues son
pocas las veces en las que una tiene la oportunidad de sentarse a conversar de
un tema que a la otra persona le apasione y te transmita ese sentimiento cuando
habla. Es por ello que luego decidí ir a al concierto y
disfrutar de la música de los “Blankets”.
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